Parece inconmovible. Nada lo hace titubear. Ni el escándalo de sol que penetra por la ventana y le baña los ojos celestes y chiquitos lo perturba. El hombre habla pausado sin mostrar fisuras en su discurso, algo tenso. Bebe su té negro, todo con la misma ajenidad y mirada esquiva. Pero habrá un momento en que Rafael Delger entregará su alma al reportaje: cuando reconozca, con ojos húmedos, que los chicos que él entrena en el Virreyes Rugby Club y que vienen de situaciones límite, tristes, de pobreza, es la segunda cosa más importante de su vida. ¿La primera? Los partos, la vida que trae al mundo con sus manos de médico ginecólogo y obstetra.
La Nación:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1308154&origen=NLInfoGral&utm_source=newsletter&utm_medium=titulares&utm_campaign=NLInfoGral
No hay comentarios:
Publicar un comentario